martes, 7 de febrero de 2012

¿Por qué siempre aquí y ahora?

Vivimos en una sociedad donde lo queremos todo (¿por qué no?), ahora y ya. Tenemos derecho, pensamos, y eso es lo que cuenta. Y si la tecnología actual permite ser madre cuando se desee ¿por qué no aprovecharlo?
En principio no me parece mal que cada cual aproveche todas las facilidades que aporta nuestro tiempo para conseguir lo que deseamos. Pero tengo la impresión de que nos estamos extralimitando porque somos incapaces de ver más allá de nuestras propias narices.
Todo esto viene a cuento porque acabo de recordar la portada que ilustra estas palabras en la que se nos muestra a una mujer entrada en años (el artículo dice por encima de los cincuenta, pero no cuánto por encima) embarazada. Es una demostración de lo que estoy diciendo. Ella quiere ser madre y no puede porque la Naturaleza le dice que se pasó su tiempo. Como la tecnología lo permite, la señora se queda embarazada. Bien. Está en su derecho. Pero esta señora, y otras en situaciones parecidas, quizás no haya pensado que es demasiado mayor para soportar el desgaste físico que supone criar a un hijo. Y que ese desgaste podría generar un humor que condicionará su labor maternal, lo que tendrá repercusiones en el hijo. Quizás no haya pensado en los derechos de ese hijo, que los tiene. Y entre ellos está el de tener una madre joven y fuerte para soportar su crianza justo cuando necesita tenerla de ese tamaño. Y también tiene derecho a no ser un huérfano precoz. Y a tener una madre sin un salto generacional tan grande. Y a tener una madre, no una abuela… Y otros tantos…
¿Hacia dónde vamos? ¿Es que tenemos que ver cumplidos TODOS nuestros deseos? ¿Es que ya no hay lugar en nuestra educación emocional para la frustración? ¿Es que somos nosotros y nadie más? ¿Es que nos importan un pito los demás? ¿Aunque sean nuestros propios hijos?

Nuestra sociedad está infantilizada. Lo contemplamos todo como los niños: satisfacción inmediata de nuestros deseos, imprevisión a largo plazo, inexistencia de los otros. Vamos a tener en el futuro próximo una sociedad gobernada por adultos con mentalidad infantil. Carecemos de límites. Somos unos eternos frustrados. No soportaremos los avatares negativos de la vida... Somos carne de psiquiatras.
Creo que estamos errando en el camino. Hemos perdido el sentido de la medida.

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