miércoles, 28 de noviembre de 2012

"Asesores políticos"

Otro capítulo de donde reducir el déficit público son los “asesores”. Cobran buenas cantidades de dinero, sus funciones son, en muchos casos, desconocidas, y, además de ser –algunos- familiares o amigos, su otro mérito es ser del partido gobernante (del color que sea) y “persona de confianza” del político de turno.

Lo mismo que los funcionarios, vamos; que son elegidos tras un laborioso proceso de selección por oposición y con independencia de su ideología…

La cara con la que esta “asesora” o “asistente personal” de una política mira a un colega buscando ayuda, porque no sabe qué responder cuando le preguntan cómo ha sido elegida, y la que pone hasta que reconoce finalmente que su único mérito es haber sido designada a “dedo”, es todo un poema que nos reafirma en lo dicho.

Si los políticos se desprendieran de estos “asesores”, además de resolver una buena parte del déficit público, ganarían credibilidad ante los empleados públicos que ven cómo se exprimen sus sueldos y sus derechos para adelgazarlo.

A esto se refiere también Bruselas cuando dice que hay que desprenderse de tanto personal chupando del bote público. Es decir, del dinero de todos los españoles.


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